domingo, 3 de junio de 2007

Sin pelear.

Reflexiona un momento: ¿cuantas horas has dedicado en tu vida a las matemáticas o a aprender a escribir? Pero ¿quien ha te ha instruyo en la comunicacion y en los sentimientos? ¿Y en la convivencia? ¿A negociar y manejar los conflitos?


Igual que has dedicado tiempo a la formacion academica... dedicalo a formarte con otros seres humanos.

La convivencia requiere un plan de estudios y lograr una comunicacion sana y fluida, es una de las asignaturas mas importante.

¿Estas lista para graduarte con nota?


ANTES DE EMPEZAR A HABLAR, PENSAR EN POSITIVO.

Ha vuelto a llegar tarde, la sangre te hierve y en cuanto entre por la puerta se va a enterar de lo que vale un peine... ¿Y bien? Has pegado cuatro gritos, estas mas a gusto, pero ¿ha merecido la pena?

La respuesta en la mayoria de los casos es NO. Porque tenias un problema (el ha llegado tarde) y ahora tiene dos (habeis discutido, y, encima, enfadados.


Para la proxima vez hay que recordar que para responder a las pasiones del corazon, tambien hay que recapacitar y usar la cabeza.


SANEAR LA MENTE.

Antes de empezar la conversacion, preguntate si tu mente esta libre de condicionantes y comeduras de coco: "cuando llegue a case me va a oir", "¿por que habra hecho esto?, seguro que ha influido su madre"....

¡ALTO! ¿Tus reflexiones responden a hechos verdaderos o son divagaciones fruto de tu enfado? A menudo solemos tropezar una y otra vez en la misma piedra y eso puede hacernos caer en la trampa de exagerar los errores, de distorsinar la imagen del otro, porque nos centramos solo en lo negativo, en lo que hace mal.

BORRAR LOS DEFECTOS.

Los defectos no tienen entidad; son nombres de nuestra mente da a la falta de desarrollo de una cualidad.

Cuanto mas pienso en el defecto, mas bloqueo mi mente y mas realidad doy al fallo... "En resumen, la desvirtuacion que cometemos al fijarnos solo en lo malo de la otra persona"

VALORAR LO BUENO.

Otro buen ejercicio que prepara el terreno de una conversacion positiva y civilizada es aprovechar las cualidades del otro. Tu eres la que mejor conoce y sabe cuales son sus virtudes: recurre a ellas.

Por ejemplo: "Juan Carlos, depsues de la cena del pasado sabado, todos mis amigos me comentaron tu buen humor y, ¿sabes?, tienen razon. No me he dado cuenta hasta hoy y (ahora es el momento de entrar al grano) me gustaria que a partir de ahora cuando afrontemos cualquier problema me ayudes usando ese buen estado de animo que pones en todas las cosas que haces".

Esto no significa rebajar tu actitud, ni perder tu orgullo, sino sembrar positivismo en el ambiente, que en los momentos de crisis, por los que necesariamente pasan todas las parejas, os hara mucha falta.

Y un consejo: se ecuanime en tus juicios y opiniones: ni tu eres la pobre Blancanieves ni el Jack el destripador.



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