La manía de guardar y guardar no solo es de un país, sino casi de todo el mundo. Las mujeres con la cocina, muchos hombres en cajas (como mi marido).
Bueno pues les contare una historia, que pasa en la vida, hay que decirles las cosas sin que se enojen, pero como...
Bueno la manía de los recipientes se ha adueñado de nosotros. Ahí tienen los Tupperware, las tazas, los moldes, etc.
Dentro de poco necesitaremos un cajón especial para clasificar las marcas.
Este fenómeno está causando conflitos en mi hogar. Y lo que menos quiero son conflitos, pues ni siguiera tengo dónde guardarlos.
Mi esposo, es una de esas personas a las que las aterra la idea de tirar algo a la basura, no sea que algún dia necesite los estados de cuenta bancarios de 1979 o los adaptadores de corriente de aparatos desaparecidos hace siglos.
Las tiendas como "one dollar", sólo sirven para dar alas a las personas como mi marido, quienes ahora pueden fingir que hacen algo respecto a su desorden, como poner los adaptadores en el cajón especial para adaptadores inservibles, o acomodar sus cachivaches en vez de echarlos a la basura.
El otro día, tuve la puntada de comprarle un carrito tipo gaveta, para que acomodara sus tornillos, herramienta, sus cables (inservibles), etc., y no solo lo lleno sino que también, como no cabían, lleno mas cajas.
Después, el pensando en mi, me compro un organizador plástico, para guardar las tapas de nuestros envases herméticos para la comida.
Le propuse que mejor nos deshiciéramos de algunos envases, y le agüé la fiesta. Hasta la fecha tenemos, ¡VAYA!, 345. Pero según el sistema de el, no hay que tirar nada.
Un día accedió a tirar algunos envases con la condición de que lo acompañara a la "tienda". Y es que él sabia algo que yo no se: que esas tiendas hechizan a la gente.
Al instante me volví como él. Acabé embelesada por la caja transparente para lencería, diciéndome: Sí, necesito tener mi ropa interior a la vista.
Al comtenplar el porta filtros de café de acrílico pensé: Cómodo, bonito y a solo "one dollar".
Si hubiera estado en mis cabales, habría recordado que ya tengo un porta filtros de café, porque los filtros vienen en la cafetera y estos son gratis.
La última vez que fuimos a la tienda, se enamoró de una zapatera para clóset: buena idea, sólo que sus zapatos rara vez van a parar al clóset. Mi marido tiene una fe casi religiosa en la capacidad ordenadora de los artefactos de almacenamiento: basta comprar la zapatera y los zapatos se acomodarán solos.
Así, que lo senté y le dije, amor por mas cajas que compres para guardarlo todo, mi amor por ti, seguiría siendo tan grande como el mar, pero que tome en cuenta que la casa no es tan grande para guardarlo todo.
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1 comentario:
Te comprendo perfectamente en tu malestar, Yo estoy exactamente igual que tu esposo y te quiero compartir el porquè la personas tendemos a tener èste mal hàbito. Cuando una persona no puede desligarse de lo material o deshecharlo es debido a que inconcientemente tiene miedo a quedarse solo y el guardar las cosas que creemos que algùn dìa seràn ùtiles, es una llamada de auxilio inconciente, de la falta de amor a sì mismo. Nuestras parejas no lo saben y muchas veces ni nosotros mismos. Te aconsejo que lo comprendas y traten de buscar en su pasado en, què momento de su vida iniciò esto, veràs que asì lo entenderàs y lo apoyaràs a superarlo Tu amiga Carmen.
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